lunes, 5 de junio de 2017

Piensa global, come local



Si me preguntasen cómo me gustaría verme dentro de diez años no tendría
la más mínima duda en responder que viviendo en un entorno rural, mejor
aún campestre, en una casa pequeña con jardín, huerto, unas gallinas y si
me apuran una vaca. Suena idílico, ¿verdad? Con unos hábitos de consumo
rozando la autosuficiencia en alimentación y vestimenta pero sin renunciar a
las comodidades y posibilidades que las nuevas tecnologías nos ofrecen. 

Puede sentirse como una contradicción esta búsqueda de retorno a una vida
más sencilla, lenta y natural en la que no parece tener cabida la frenética
rapidez del mundo virtual, pero se trataría de tomar los aspectos positivos de
ambos estilos de vida e integrarlos.

No soy la primera ni la única en creer que ésto es posible, conozco a otras
personas que se han atrevido a dar el paso y compaginan lo mejor de los dos
mundos, el real y el virtual.

En mi caso de momento no es posible, Javier depende de su padre y de mí
económicamente y está en una etapa en la que sus gastos de formación son
bastante altos (carrera, luego el/los máster...)

Hasta dentro de ocho o diez años no puedo ni plantearme dejar mi modo
de vida actual, cumplir mi sueño de retirarme a un entorno más natural y
practicar la ansiada slow life.

Resulta paradójico haber dedicado toda mi juventud a formarme para "entrar
en el sistema" y una vez dentro darme cuenta que no es ésto lo que deseo,
lo que me hace feliz.

Mis padres no me advirtieron de esta posibilidad, claro que eran otros tiempos
en los que aún no estábamos sobrepasados por el ritmo de vida actual. Nos
inculcaron sus valores: estudiar, formar una familia y encajar en el engranaje
social establecido. Pero no nos hablaron de otras posibles formas de vida,
porque seguramente entonces las otras posibilidades implicaban un retroceso
social, económico y cultural.

Sin embargo, la sociedad ha cambiado tanto que aquellos valores ya no tienen
porqué ser válidos en la actualidad (yo diría que la mayoría están obsoletos),
abriéndose otras expectativas en cuanto a modos de vida.

En mi caso he querido que Javier las conozca y le aliento a perseguir su sueño,
sea el que sea, dentro del sistema o fuera de él. Quiero que sepa que un título
no asegura la felicidad y le animo a desarrollarse como persona, averiguar lo
que realmente le hace feliz, antes de "hipotecarse" con un trabajo, una casa,
una familia.

Y al mismo tiempo hemos ido concienciándonos juntos sobre aspectos de
sostenibilidad y consumo. 

Nunca he sido una persona derrochadora, me cuesta deshacerme de aquello
que aún funciona y cambiarlo sólo porque ya no esté tan de moda o no ofrezca
alguna pequeña innovación, tiendo a hacer por mi misma aquello que puedo
(do it yourself), no le hago ascos a comprar de segunda mano y me gusta
reutilizar, rehacer y reciclar. En definitiva, no soy una persona consumista y
siempre he practicado un estilo de vida sostenible, primero por forma de ser
y luego por conciencia ecológica.

Estoy a favor de la globalización y el uso de las redes en cuanto que difuminan
barreras y diferencias sociales, culturales, nacionales... unificando criterios que
a lo largo de la historia de la humanidad han sido fuente de conflictos y
sufrimiento.

Me gusta el mundo virtual porque, como el viajar, acerca a las gentes de
lugares muy distantes permitiendo conocer otras culturas, ideas, formas de
vida y ésto abre la mente y nos hace más transigentes.


Y todo ello no tiene porqué estar reñido con hábitos de consumo local, parece
ser que todo lo contrario. Seguramente muchos de vosotros habréis oído hablar
del "Piensa global, actúa local" y su variante en alimentación.

Esta expresión propugna cuidar la salud del planeta realizando pequeñas

acciones en la propia comunidad. Comprando local apoyamos la economía

de nuestro entorno, ayudamos a los pequeños  productores frente a las

multinacionales y protegemos el medio ambiente: adquirir productos de la

región permite reducir las emisiones de dióxido de carbono que conlleva el

transporte de productos de unas zonas a otras. Además los productos

cultivados localmente pierden menos propiedades alimenticias al ser más

corto el tiempo entre la recolección y la compra, no contienen conservantes

para su preservación y facilitan una cocina de temporada mucho más natural y

sabrosa. 


Incluso se ha acuñado una palabra para designar a las personas que sólo
comen alimentos cultivados y producidos en su entorno más próximo:
locávoros.

Pero más allá de tendencias y etiquetas, lo cierto es que consumir productos
locales resulta lo más lógico, saludable y agradecido para nuestro paladar. Y
producirlos en nuestro propio huerto sería ya la panacea.


Mientras espero que se cumpla mi sueño intento cocinar productos ricos y
saludables, si son de origen local y de temporada mejor aún, como algunas
de las hortalizas recién cosechados que ya encontré en el mercado local de
mi pueblo (allí la temporada se adelanta un poco al estar más al sur) y que no
tienen nada que ver con las que hemos estado consumiendo todo el invierno.



El olor, color y sabor de los tomates de las imágenes lo dice todo, no necesitan
ni ser aderezados.

Los tomaremos en ensalada, gazpacho y salmorejo, sobre todo, porque
crudos mantienen todas sus vitaminas y refrescarán nuestras comidas de
verano.



Las berenjenas, pimientos y alcachofas al horno con un poquito de sal,
pimienta y aceite de oliva virgen.



Coliflor y espinacas cocidas al vapor para que conserven todas sus propiedades.







Si me llegan a decir de pequeña que se me iba a hacer la boca agua con solo
pensar en cocinar verduras, no me lo creo, y es que hay alimentos que de niños
aborrecemos y de mayores adoramos.

¿Cuáles son los vuestros?


17 comentarios:

  1. Me he sentido muy identificada con tu post de hoy, Piola.
    Yo también soy de las que me forme para integrarme en un sistema en el que no estoy cómoda y de las que odiaba las verduras cuando hoy son la base de mi alimentación.
    Estoy segura que algún día te veremos cultivar tus verduritas y decorar tu bella casita campestre.
    Besitos.

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  2. A mí también se me ha hecho la boca agua.
    Y soy partidaria del comerciocercano y sin intermediarios. Eso es alimentarse de salud.
    Besos

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  3. Piola, creo que somos much@s los que sentimos lo mismo que tú, y me da la impresión de que somos mayormente los que rondamos la cincuentena (un poco más, un poco menos), porque como bien dices, nuestros padres en muchos casos nos encaminaron hacia algo que ellos no pudieron tener, y creían que era lo mejor. En mi caso, mis padres no tuvieron la oportunidad de estudiar, y se esforzaron lo indecible para que nosotros tuviéramos estudios y una vida, a su entender, mejor de la que tuvieron ellos.
    De jóven tenía claro que quería vivir dentro del sistema: estudios, carrera, éxito profesional...me encantaba la música(y me sigue apasionando), pero en lugar de terminar la carrera de violín, cuando me supuso demasiado esfuerzo compaginarlo con la carrera, lo dejé y me licencié en Derecho, porque en teoría la música no tenía "salida" (qué tonta fui...). Ejercí un tiempo, cuando aún para mí era importante la carrera profesional, aprendí idiomas, me formé, pero por circunstancias de la vida, terminé trabajando en Logística/Exportación; en un principio pensé que sería temporal, pero veinte años después, sigo en lo mismo. Me gusta mi trabajo, y lo que es más importante, me permite tener la calidad de vida que tan importante me parece ahora, y que no valoraba de joven: a diez minutos andando de casa, un horario cómodo con el que puedo dedicar tiempo a mi hijo, y sin necesidad de llevarme problemas laborales a casa.
    Del mismo modo, cuando terminé los estudios, anhelaba vivir en una ciudad grande; ahora, cada vez que voy a Bilbao (vivo a 40 Km hacia en interior), me agobia la gente, el tráfico y la prisa, y no veo el momento de volver a mi pueblito precioso y a la calma; no llego aún al slow life que tanto ansío, pero creo que voy en camino...
    (Ah! Y con las verduras, también he tenido el mismo proceso: no me iban mucho, y ahora no puedo concebir alimentarme sin ellas :-) Será que los años nos van dando perspectivas parecidas??)

    Un beso.

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    1. Totalmente de acuerdo, Silvia, en que es un sentimiento propio de las personas de nuestra generación, que hemos vivido ese interín de cambios drásticos y rápidos al que hemos tenido que adaptarnos y, de alguna manera, lo hemos conseguido pero no llegamos a encajar en ninguna de las dos generaciones, anterior y posterior.
      Soñaremos con el deseado regreso a nuestro pueblito lindo ;-)
      Besazos

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  4. Que bien lo explicas todo!!! Identificada con mucho de lo que dices...aunque salir del "sistema" con dos niños a los que mantener y educar lo veo utópico...ainns!

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    1. Es lo que a mí me ha frenado, Ainhoa, sobre todo porque el padre de Javier está muy cómodo dentro del sistema, a él no le disgusta, y si no hay consenso entre los padres es imposible tomar una decisión unilateral que afecta el futuro de tu hijo.
      Nos toca esperar a que dejen el nido ;-)

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  5. Qué rico todo lo que nos da lo plantado con cariño,se nota en su color,calidad, sabor,tal vez no sea tan espectacular en la vista pero la calidad se saborea😋😋 superabrazo E

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    1. Por supuesto, Elena, no hay comparación.
      Besazos y feliz semana <3

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  6. La pareja de una de nosotras tiene en casa un pequeño huerto urbano... Cuando llega del trabajo se cambia de ropa y se va a la terraza, agarra la regadera y, entre riego y riego, va quitando hierbecitas, viendo el progreso de la "plantación" (Tara le llamamos...que malas) Esto que contamos así con un poco de guasa, le sirve de descompresión, deja en esa terraza toda la tensión acumulada y entra en la cocina como un hombre nuevo, con la recolección del día en una mano; que si un par de tomates, un pimiento, algún rabanito...Lo justo para picarlo todo y hacerse un picadillo que sabe a gloria. ¡Y más local imposible! También soñamos con un huerto mayor... quizás algún día.

    Besos mil de las dos

    J&Y

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  7. Veo que somos muchas en anhelar vivir en una dimensión más humana y cercana. Yo he nacido en una metrópoli como Roma y luego he llegado a Madrid. Me he intoxicado con el tráfico, los ruidos, los horarios inhumanos de los comercios, las prisas, etc. Ahora vivimos en un pueblo a orillas del Mediterráneo y no echo nada de menos la grande ciudad. En la medida de lo posible intento dejar dinero en los comercios locales, aunque por comodidad hago la compra en un supermercado que tengo a dos minutos en coche (de origen valenciano). Me gusta consumir productos de temporada e intento que sean de origen nacional. No es fácil vivir fuera del sistema porque de una manera u otra estamos metidos en su engranaje. Pero está bien que pongamos nuestro granito de arena. Por cierto, mi ideal sería regentar un pequeño hotel con encanto en el campo con vistas al mar. "Mare e monti" como decimos en mi país. Besos y feliz resto de semana.

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  8. No sabes lo identificada que me he sentido al leer tu post. Compartimos sueño y la misma sensación de haber seguido un camino preestablecido con el que, ahora, no me siento identificada. Dicen que si no vives como piensas acabas pensando como vives, pero yo no me resigno.

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  9. Piola creo que todos estos anhelos y reflexiones son propios de la madurez que da la experiencia de vivir, ahora puedes ponerte otras metas, que son gracias de lo que has vivido y de tú presente.

    Me alegra que tengas las ideas tan claras, es lógico que una persona tan sensata como tú escoja lo mejor de todo y encontrar tú propio punto medio.

    Espero que pronto puedas disfrutar de la vida que deseas .....BESOS

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  10. Piola, esta é uma das suas publicações que poderia ser minha! Que bom que há pessoas a pensar em modo sustentável!! Gostei de ler. Eu própria já tento levar esse estilo de vida,muito embora nem sempre seja fácil. Porém, já me refugio no campo sempre que possível... Besitos .

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  11. Tampoco a mí me gustaban las verduras cuando era pequeña, y hoy las prefiero a muchos otros alimentos. No sé explicarte el por qué, pero de un tiempo a esta parte he cambiado mucho mi alimentación. Por ejemplo, no soporto la carne. A no ser con alguna salsa, se me hace "intragable".
    Prefiero con diferencia el pescado, las frutas y verduras... quién me lo iba a decir. Y si las verduras y hortalizas son de cultivo natural, mil veces mejor. Mi padre cultiva un pequeño huerto y estoy deseando ya que llegue la temporada de disfrutar de la cosecha, especialmente de los tomates. Quien no ha probado más que los "tomates de supermercado", no sabe lo que es un tomate en realidad, verdad?
    Espero, querida Piola, y estoy convencida, de que algún día lograrás tu gran sueño. Ahora tienes la gran responsabilidad y tarea de ser madre y la estás cumpliendo a la perfección, pero tu momento llegará. Claro que sí.
    Un beso grande y todo mi cariño.

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  12. Yo soy rarita y urbanita total, ya estamos que vivir en la isla no tiene mérito en cuanto a las distancias, vivo a 15 km de la capital, en una montaña de 407 m de altitud, en una pedanía con un censo de 300 habitantes, cuando a mi me gustaría vivir en plena ciudad, aunque tenga mucha gente, atascos y ruido, sí, así soy yo, tanta tranquilidad me altera, pero ya te he contado que soy rarita ;)
    Lo que si mola es cocinar con producto de calidad, en eso opinamos igual, con verduras tan ricas y contándonos las ganas de convertirte en "rural", bueno, lo admito tiene su lado bueno, pero porque sólo estoy a 15 minutos del caos que si no no lo admito, jeje. Besitos

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  13. Qué lindo post Piola!! Creo que cuando podemos elegir, como vos elijo lo mejor de ambos mundos. Y aunque me gusta la ciudad, prefiero tenerla cerca antes que estar inmersa en ella. Coincido plenamente en revalorizar los productos de estación. Son más ricos, menos caros y ecológicos! Ojalá en algún momento puedas cumplir tu sueño de una vida rural! Besos

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  14. Soy rara desde niña jajaaaa. Desde siempre me han encantado las verduras. De pequeñita se me hacía la boca agua cuando me sentaba a la mesa y mi madre me ponía judías verdes, acelgas o espinacas. Como te lo cuento!!!!!. Puedes imaginar entonces, que estoy babeando con tu post. Ñam ñam que rico todo!!!.
    Besitos.
    María

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