¡Hoy sí!

Es Domingo de Pascua.

Los conejitos que nos han estado rondando como inspiración 

las últimas semanas, vienen hoy a dejar huevos y chocolates.

Los míos llegaron hace unos días en forma de paquete desde Irlanda.

Mi amiga Ana me sorprendía nuevamente: un estuche 

de chocolatinas con maravillosas etiquetas de huevos y conejos.

Además, otros detallitos so cute, so gorgeous... 

(todos los soooooooosssss del mundo) que ya os enseñaré.

Ayer dediqué la tarde a leer un libro de relatos que 

Julia, de Ciento volando, había recomendado en su último post 

y que mi padre me compró nada más comentárselo.

El Libro de los abrazos

(Cierto, Julia, me encantó)

El sol entrando por la ventana y anunciando primaveras, 

buena música, un café y...

Cierto, cierto, me adelanté un día.

Caí en la tentación y me tomé unas chocolatinas de Pascua.

Veamos, voy a intentar argumentarlo...

La mejor manera de vencer la tentación es caer en ella.

Huye de las tentaciones despacio para que puedan alcanzarte.

Las chicas buenas van al cielo.

Las malas... ¡a todas partes!

^^

¡Feliz día!

Bimbolles

Visitar el parque de El Retiro de Madrid es siempre gratificante.

Pasear, rodearse de naturaleza y de personas que

buscan disfrutar tranquilamente del entorno.

Si, además, te encuentras con pompas de jabón gigantes, 

tornasoladas, que atrapan inmediatamente la atención 

y generan sonrisas, mejor que mejor.

Pequeños jugando a tocarlas, adultos con caras expectantes. 

Nadie que pasaba quedaba indiferente. 

Yo maravillada intentando atrapar con mi cámara los colores del arco iris 
y los destellos de luz en forma de estrellas.

Un cubo con agua y jabón, una cuerda, dos bastones 

y la pericia de este mago de las pómporas, 

como yo las llamaba de pequeña porque

así se llaman en mi tierra. 

También sé que en mallorquín se llaman bimbolles.

Me encanta la palabra, ¡es tan sonora!

Lo aprendí de unas compis blogueras de Mallorca, by Bimbolles.

Conforme tomaba las fotografías ya sabía que titularía así el post.

¡Os deseo un feliz fin de semana!

El cuarto de la niña con globo

Este pequeño dormitorio está decorado sencillamente 

y resulta encantador tal cual.

Una original mesa auxiliar realizada por su dueña, 

una cómoda para apoyar lo imprescindible 

y  un cuadro como cabecero.

Enfrente un lienzo al que se ha desprovisto de 

bastidor y se ha colgado en la pared sin más. 

Los detalles, la luz y los textiles hacen el resto.

La pequeña del globo se convierte en el centro de la estancia 

y es lo primero que se ve al abrir los ojos.

¿No os parece una maravillosa manera de despertar?

Inspiración de Pascua

El domingo que viene, Domingo de Resurrección, comenzará la Pascua.

Hasta entonces estaremos en Semana Santa.

Procesiones, oficios, recogimiento... para aquellos que lo celebran religiosamente.

Vacaciones y asueto para la mayoría.

A la Semana Santa le sigue un período de cincuenta días 

llamado Tiempo pascual, que termina con 

el Domingo de Pentecostés.

Las costumbres del Domingo de Resurrección varían

en todo el mundo cristiano, pero celebrarlo con huevos es común en

el mundo occidental: monas, hornazos, huevos decorados...

Y a los huevos se han unido los conejitos.

Según la leyenda, el conejo sale cada Domingo de Pascua a 

dejar huevos de colores en todas las casas para recordar al 

mundo que Jesús resucitó y que hay que vivir alegres.

¡Os deseo una feliz Semana Santa y un alegre tiempo de Pascua!

Huevos morenos

¿Os habéis dado cuenta que en la actualidad es prácticamente

imposible encontrar huevos blancos en las tiendas?

Según una investigación realizada por el blog Directo al paladar 

se trataría únicamente a una decisión comercial 

motivada por los hábitos del consumidor,

que durante un tiempo identificó huevos oscuros 

con producción natural y tradicional.

Las diferencias nutricionales entre ambos tipos 

de huevos son muy escasas.

Me parece a mí que en poco tiempo el proceso se invertirá: 

empezaremos a demandar huevos blancos 

por parecernos más selectos y naturales.

Y así cíclicamente....

Al clásico dilema, ¿qué fue antes el huevo o la gallina?,

tendremos que añadir: ¿huevos blancos o morenos?