sábado, 29 de septiembre de 2012

Apacible rincón








Un rincón tranquilo y apacible en el que poder disfrutar
de naturaleza y de los cada vez más tímidos
rayos de sol.
 
 
¡Feliz fin de semana!
 











 

viernes, 28 de septiembre de 2012

El baño de María Patiño



Es el baño de María Patiño, el mío y el de todos.
Porque se trata del aseo de un restaurante
que llamó mi atención nada más entrar.
Inicialmente pensé que las paredes habían sido empapeladas
con diarios extranjeros sobre los que se había instalado 
metacrilato transparente para protegerlos.
Un vistazo más a fondo me hizo comprobar que no,
que se trataba de placas de metacrilato cuadradas,
impresas tipo periódico, con las que a modo de azulejos o baldosas,
se habían recubierto partes de las paredes, dejando el resto
en un estuco rosa muy agradable.
El lavabo, blanco, lleva representaciones de
edificios emblemáticos de Nueva York.
Tardé un ratito más de lo habitual en salir del aseo
mientras tomaba las fotos.
Menos mal que siempre llevo cargada la cámara pequeña
para imprevistos como éste.

Habían llamado a la puerta y, cuál fue mi sorpresa:
quien esperaba era la periodista del corazón María Patiño.
Me disculpé por la demora y al reunirme con mis amigos
me comentaron que era bastante habitual encontrársela
por allí puesto que vive en ese bloque.

Ahora pienso que debería haberle tomado alguna foto:
el comentarista comentado.

No lo hice.
Mi cabeza está programada para
recibir alertas sobre decoración, no sobre periodismo rosa.

Pero en un entorno de cotilleo podría decir:
es tal cual sale en televisión, pequeñita, delgadita y bronceada.
Llevaba short (pero short, shortísimos), una camisa floreada
de lo más shabby y ese pelo suyo tan peculiar.

Y, volviendo a lo nuestro,
¿qué os parece el resultado de este revestimiento
imitando empapelado en papel de periódico? 





A cambio de la foto de María, os dejo un posado mío,
en plan paparazzi, con polo rosa, rosa, rosa.

¡Feliz viernes!

jueves, 27 de septiembre de 2012

De gallinas y huevos









De todas las actividades de una granja, las que yo creo
más agradables son aquellas que tienen que ver
con el cuidado de las gallinas:
darles comida y recoger los huevos.

Recuerdo de pequeña cuando mi tía Pilar, gran conversadora,
dedicaba la sobremesa a picar las mondas de pepinos, sandías...,
que luego echábamos a las gallinitas.
"Pitas, pitas...", las llamábamos y
venían raudas y nerviosas a picotear los vegetales.

Todavía hoy disfruto muchísimo visitando las granjas que quedan
en mi pueblo. Y, sobre todo, disfruto compartiéndolo con los
pequeños de mi casa que, al menos en vacaciones, tienen la
oportunidad de conocer de cerca la vida sencilla y natural
de un pueblo.

Los mayores buscan ya otras aventuras pero Toso,
el más pequeño de mis sobrinos, es quien en estos momentos
espera ansioso que el sol baje y podamos acercarnos a la
huerta de nuestro tío Santiago, que con casi
noventa años aún mantiene gallinas y huerto.
Teníais que verle yendo cada mañana en bicicleta,
parece un chaval.

Toso, protegido con un sombrero panamá (para él de vaquero),
armado con una escopeta de tapón de corcho
(cual Pedro y el lobo) y con un pepino en la mano
(lo de picarlo le pareció innecesario), avanza entusiasmado
por el camino de las viñas hasta la huerta.
Prontas las gallinas se acercan a picotear el pepino.








El gallo, con cara de pocos amigos, vigila su territorio.









Las pollitas, aún indefensas, están recogidas en un pequeño gallinero.







Y, finalmente, el premio.
Un precioso huevo para la cena de Toso, 
mojado en pan de pueblo.









Toso lo guarda dentro de su sombrero para protegerlo.
Metió también una almendra.






Y...





No, no, tranquilos, el huevo se lo dio a su padre.
Él volvió a casa jugando a lanzar la almendra
y encestarla en su sombrero.
Pasamos una tarde preciosa
y no fue la única.






miércoles, 26 de septiembre de 2012

Flores en el alféizar





Están en un jarrón para ser disfrutadas en el interior,
pero no he podido resistirme a sacarlas a la ventana
un ratito y disfrutar de la transparencia, el color
y los brillos tornasolados que
este recipiente regala a la luz del sol.


¿No os parece delicioso?



















martes, 25 de septiembre de 2012

Oxigenando ambientes






Aportando luz mediante textiles renovados
que iluminen nuestro hogar para compensar
la pérdida de horas e intensidad de luz
que conllevan las estaciones frías.




El símbolo del óxigeno en su forma molecular más frecuente
estampado en este cojín, capta inmediatamente 
nuestra atención y nos hace verlo todo más nítido,
aclarándolo.




El cojín alargado supuso mi reencuentro con el punto de aguja,
sin más pretensión que la de tejer y relajarme. 

Me encanta como quedó con esa combinación
blanco/negro y el grosor del trapillo.





Y este fue el resultado.





Un ambiente que contrasta el blanco con el negro
y un toque de rojo en los detalles para
romper la uniformidad y aportar color.





Una estética de inspiración nórdica porque,
quién sino ellos saben iluminar y darle
ese toque inmaculado a los ambientes.






lunes, 24 de septiembre de 2012

Hoy compartimos... Vacaciones







Después de las vacaciones que nos tomamos en el mes de agosto,
el grupo de bloggers que formamos "Hoy compartimos..."
retomamos la quedada en septiembre
y, además, estrenamos página en Facebook
Ya sabéis que somos un grupo de blogs de distinta
temática que nos reunimos mensualmente para
compartir nuestra visión personal de un tema.
Y, cómo no, después del paréntesis vacacional
son precisamente las vacaciones el tema que nos une este mes.

Así pues,
Hoy Compartimos... vacaciones





Mis vacaciones ideales incluyen playa, por supuesto.
Pero mientras que antes buscaba la alegría, el moreno y
la diversión de la playa,
ahora busco algo más, ó más bien algo diferente.
Busco lo que hay tras la playa: el mar.
El gran azul, con su inmensidad, su color imposible,
su sonido hipnotizante.
El mar en estado puro, sin nada ni nadie que lo altere.
Por eso, si bien antes elegía destinos de vacaciones
que tuvieran sol y más sol garantizado,
ahora no me importa sacrificar el buen tiempo
por un destino con mar limpio y mío.




Y, si es posible, con un espacio donde poder disfrutar
de las beneficiosas propiedades de sus aguas:
talasoterapia






Pero mis vacaciones no estarían completas si no incluyesen
unos días en contacto directo con la tierra:
mi tierra.




Naturaleza pura y dura, con sus campos amarilleados por el duro estío 





Árboles, flores...





Animales...




Y, por supuesto, mi pueblo.
Sus gentes, sus costumbres, sus construcciones...
El reseteo necesario para no olvidar mis orígenes.









Si queréis saber más sobre Hoy compartimos y sus
participantes, os invitamos a visitar su blog.